domingo, 30 de septiembre de 2012

Azahares blancos (Reedición)


¡Hola! Cuando comenzaba a aventura de este blog no tenía los seguidores que lo apoyan. de ahí que algunos textos reclaman nuevamente la luz. Aquí uno de ellos...

AZAHARES BLANCOS (Reedición)



Bosteza la mañana y sus finos rayos de luz se filtran a través de los cristales de las ventanas clavando alfileres blancos en el piso amosaicado de color de esmeralda.

Sonia sentada, cepilla una y otra vez, a ambos lados, de su cabeza la larga cabellera que le cubre los hombros como lenguas de petróleo derramado corrompiendo arenas blancas,  Totalmente ignorante y ausente del bullicio a su alrededor. Sonríe, porque está feliz. Hoy es para ella el día más especial de su vida. Hoy podrá concretar su amor. Mal le pese a todos los que se opusieron a su felicidad al punto de llegar a llamarla loca. Hoy se vestirá con un hermoso vestido blanco para ir al altar:

El órgano entregará sus arpegios incrustado sobre el púlpito,en el centro mismo de la planta alta.

Las notas nupciales descenderán danzando en el aire, desde el cénit de la nave, hasta caer en las llamas de las velas encendidas de los candelabros donde se vaporizaran con un chasquido, otras con mejor suerte se adormecerán entre las hebras de la alfombra y la madera pulida de las alineadas bancas.

Ramilletes de rosas albas en ambos flancos del sendero le darán su parabién entregando, al paso, generosamente sus  fragancias.

Disimulará sus temblorosos pasos apoyada en el brazo de su padrinazgo y esconderá sus lágrimas debajo del tul que sostiene su diádema.

Arrastrará orgullosa la larga cola de su vestido sobre la roja alfombra que se sentirá humillada al ser cubierta por tan inmaculado desborde de tela blanca.

Un pequeño ramo de azahares blancos se estrujará en su mano  como ofrenda de amor y esperanza.

Y allí, enfrente, estará él con un sí para su sí, tanto tiempo apretado en los labios. Corolario de una unión tanto tiempo esperada.

De pronto… las voces... las mismas de siempre… las que se oponen… las que impiden, las que niegan y contrarían. Sonia, deja caer el cepillo en el piso. Bruscamente se pone de pie… Nota en su cabeza la falta del tocado, por lo que estira su mano y arranca de un tirón el cortinado de la ventana dejando un tintineo de argollas sobre el piso… y huye… con el paño en su cabeza, descalza, casi desnuda… dentro de una bata blanca… Corre, desesperada, por los pasillos en busca de su amor... y las enfermeras la persiguen para administrarle la cotidiana dosis de medicación indicada.

Nieve de noche, Fuego de día - Ricky Martin
Recuerda apagar el reproductor  de la página antes de dar play al video